Básicamente la verdadera iluminación es la quietud, la oscuridad, el silencio y la soledad. Al cerrar los ojos hay oscuridad. Es la sabiduría que la mayoría solo alcanza cuando es anciano. Buda dice que no es necesario viajar, ni poseer cosas, ni tener hijos, ni tener reconocimiento. Los 'iluminati' son la versión profana, tienen solo el brillo exterior. La iluminación no es brillo, porque está libre de las opiniones ajenas. Los iluminados simplemente desaparecen y lo hacen porque la gente quiere escuchar el juicio de los iluminados, pero en la iluminación no hay juicio, y si lo hubiera se expresaría como una paradoja o algo totalmente controversial. Por eso los iluminados directamente se retiran del mundo y contadas personas los llegan a descubrir. El verdadero iluminado es como un extraterrestre, es un rumor, brilla por su ausencia.
lunes, 6 de mayo de 2019
domingo, 5 de mayo de 2019
¿Porque la gente no se cura? * Laura de Solminihac
Comparto este texto con la autorización de otros colegas que ya lo compartieron, porque estoy de acuerdo en que para evolucionar a una vida que nos haga bien, es necesario dejar morir el dolor que nos ata al pasado. Saltar al vacío de lo incierto aterra, ese es el poder de cambio que está en cada uno de nosotros, la capacidad de rehacer el camino de la vida, ya sea por nuestros propios medios o con guía de otros.
“Un médico intuitivo tuvo una perspectiva única sobre por qué las personas no se curan, y llegó a la conclusión de que la sanación es muy poco atractiva.
Los impedimentos para la curación incluyen renunciar a vivir en el pasado, dejar de ser víctima y el miedo al cambio. Dirigir el pensamiento y la energía hacia el pasado desvían la fuerza vital de las células y los órganos que necesitan esa energía para funcionar y sanar. La curación requiere vivir en el presente, recuperando la energía estancada en los traumas y heridas del pasado.
Negarse a perdonar un evento o a una persona produce fugas energéticas del cuerpo. El perdón sana esas filtraciones y no se relaciona con olvidar las heridas que otros nos causaron. Es liberarnos de la percepción de víctima y asumir el poder de cambio.
Cuando podemos ver un acto doloroso como parte del proceso de la vida, como un mensaje o un desafío en lugar de una traición personal, la energía vital fluye de vuelta a los circuitos energéticos del cuerpo físico.
Las personas no se curan porque no se han liberado de la ilusión de ser víctima. Con frecuencia, la gente obtiene poder con sus heridas porque ha encontrado que suscita el apoyo de otros, convirtiéndose en un medio para manipular y controlar a los demás.
Generalmente, la recuperación requiere hacer cambios en el estilo de vida, medio ambiente, y relaciones, ya que las energías se retroalimentan entre sí.
Puede ser más fácil mantenerse en un compás de espera, alegando no saber qué hacer, pero rara vez es cierto. Sabemos exactamente lo que debemos hacer, pero estamos aterrados para actuar en consecuencia. El cambio puede ser aterrador y la espera mantiene una falsa sensación de seguridad. La única manera de adquirir esa seguridad es entrar en el torbellino de los cambios y salir por otro lado, dejar morir el pasado para sentirse vivo otra vez.”
Laura de Solminihac