domingo, 8 de julio de 2018

DLN Capítulo 6 * Leon Negro

La Noche de la Humanidad


“La era de la ciencia es también la era de la pseudo-ciencia”. Dice Jean Rostand, autor de Los Superhombres de Probeta. Y es que la sofisticación y refinamiento de los argumentos científicos, pueden ser imitados y hacer parecer científico a las creencias mágicas. La ciencia parte de los hechos para sacar conclusiones y las religiones y creencias parten de las conclusiones para apoyarlas con hechos y con una imitación del lenguaje científico. Esta posición estanca el saber. Siempre leemos en revistas científicas de este u otro descubrimiento pero no tenemos ocasión de comprobar si lo que estamos leyendo es cierto.

Entonces esto permite a los fabricantes de ilusiones pseudocientíficas hacer lo mismo: declarar que han logrado demostrar científicamente la realidad de sus creencias mágicas.

Por ejemplo, una revista de “enigmas” declara en el titulo de uno de sus artículos: “Demostrada la inmortalidad de la conciencia”. Y mas abajo relata supuestas experiencias  donde las personas vuelven de la muerte con imágenes y relatos del mas allá.

Si todos vivieran biológicamente para siempre, nadie se preocuparía en la vida después de la muerte. Los cosmistas rusos decían que la Noocracia potenciaría la ciencia para que esta venciera la muerte. Entonces uno deduce que el ser humano invento a dios para pedirle cosas y al mas allá para defenderse psicológicamente de la muerte.

La gente “quiere creer” porque son débiles, porque no tienen disciplina emocional, ni intelectual, entonces es mas fácil creer algo porque “es una verdad del corazón” que poniéndolo a prueba. Entonces lo que está pasando es que el hombre está lleno de debilidades por las que regresará en algún momento a las trampas antiguas. Entonces las pseudociencias son el comienzo de un proceso involutivo de la ciencia que he llamado “Atardecer de la humanidad” y que desembocará en la “Noche de la humanidad” son la inversa de lo que describe Comte. Aquí la imaginación va ganando lugar y lo va perdiendo la observación.

Esto es nuevo porque es la primera vez que se sistematiza y clasifica los distintos niveles de pseudociencia. Bajo la máxima “Ver para prever” de Comte estoy prediciendo el futuro de la ciencia si todo queda librado a sus propios poderes y no se instala cuanto antes una Dictadura del Positivismo (El León Negro) que nos arranque del movimiento involutivo de la rueda. El tribunal científico de la humanidad debe decretar esta medida de urgencia antes de que la masa imprevisora y sin método quede en las manos de una corporación que se haga con  el poder de la pseudociencia para manipularlos.

Esta corporación ha sido imaginada en muchas novelas de ciencia ficción y películas como una oligarquía planetaria que crea una pretendida religión universal basada en “milagros” que en realidad son montajes publicitarios o gigantescos actos de ilusionismo que utilizan lo último en tecnología y que pretenden ser milagros pero en realidad son un gran coax (fraude difundido masivamente) y que se explica pseudocientíficamente.

Los prototipos  que hoy existen de esta corporación podrían ser las multimillonarias sectas de los Raelianos de Claude Vorillon Rael y la Iglesia de Cienciología de Ron Hubbard, que tienen como adherentes a artistas de Hollywood y laboratorios de investigación genética como anzuelo, pero que tienen como deidades a extraterrestres que supuestamente se comunican telepáticamente con sus líderes.  Grupos poderosos como estos podrían ponerse en contacto con la Iglesia Católica (los católicos son 1115 millones en el mundo) o con un bloque grande del Islamismo (los islamitas son 1322 millones, mas que los católicos) o del budismo (en quinto lugar con 378 millones pero en tercer lugar de las religiones más adineradas) para elaborar un plan para crear un “milagro” que sea notorio para toda la humanidad. Si el multimillonario mago David Copperfield con un acto de ilusionismo puede hacer desaparecer la Estatua de la Libertad ante los ojos de miles de personas, porque no van a poder las religiones que tienen muchísimo más dinero, hacernos creer una cosa más espectacular e ir aberrando con esos falsos milagros la mente de la mayor parte de la población.

Por ahora no les hace falta, porque sin milagros la gente cree igual, pero no duden que cuando sea necesario lo harán. Observa que en la creación del Gran Colisionador de Partículas (LHC) en Ginebra se gastaron billones de dólares (si, con “b”, leíste bien) y hasta el día de hoy está en discusión el estatus de científico-pseudocientífico de las teorías que allí se manejan. 

Entonces no te quede la menor duda que un proceso involutivo de la humanidad a comenzado.

Para arrancar a la humanidad de este proceso involutivo hace falta una Revolución Positivista.

Tanto la evolución como la involución son efectos del giro alrededor de un eje mecánico de la Rueda de la Historia (mecanismo que también podemos llamar Reloj de la Historia) Esto es una metáfora, no es que sea un mecanismo intrínseco ni una ley, sino que por el hecho de existir la maldad en el mundo habrá quien se aproveche de las debilidades de los seres humanos para instaurar de nuevo la tiranía de la superstición. Si no nos revolucionamos, entonces involucionamos. Si no escapamos de la rueda antes del “Atardecer” entonces comenzamos a degenerar.

La primera trampa de la pseudociencia es proponer una pretendida superfísica para no dejar ningún cabo suelto. Estos cabos sueltos serían los supuestos “fenómenos inexplicables” de los cuales solamente hay testimonios dudosos y pretendidas pruebas. Pero en nombre de la ciencia racional ellos ofrecerán respuestas a todo con su superfísica. “No es que estas cosas aparentemente inexplicables se expliquen por una realidad metafísica, sino que son parte de una superfísica que todavía no dominamos” declaría un portavoz de esta visión. Y su superfísica está basada nada más que en cálculos, no en experimentos y cuando hay algún experimento se tratará de nada más que de una ceremonia para formalizar con el Método Científico, o sea para hacer parecer que su hipótesis está probada. Pero lo único que tienen son números, ecuaciones, e hipótesis por tanto no se trata de física ni mucho menos de una superfísica sino de pura numerología.

Y esta pretendida superfísica es la física cuántica y la fisica de cuerdas. No digo que estos tipos no puedan hacer nada bueno, digo que a veces hacen cosas buenas. Por ejemplo la famosa Incertidumbre de Heisenberg que propone que si un átomo puede existir y no existir al mismo tiempo entonces yo puedo estar vivo y muerto simultáneamente. Eso es porque no saben nada  de átomos, o porque trabajan con probabilidades y no con certidumbres pero no porque la realidad sea la aberración que ellos tienen en sus psicodélicas y retorcidas mentes.

Como la intención de estos falsos científicos no es hacer ciencia sino actos de ilusionismo que parecen  experiencias científicas van a intentar probarnos toda clase de pavadas como la magia vudú de pinchar muñecos que supuestamente se explicaría con los experimentos cuánticos de Bell y la Realidad No Local. O van a volver a proponer bajo nuevas mascaras el evolucionismo finalista del biólogo Teilhard de Chardín como el “principio antrópico” del físico Paul Dirac que proponen que “o hay un universo inteligente que tenía la intención de crear al hombre o hay un espíritu que dirigió la evolución de las estrellas y de la vida”. O la teoría de Fred Hoyle de una “superinteligencia controladora del Universo” que programaba hasta los mínimos detalles de la vida incidiendo con pequeñas señales cuánticas imperceptibles. En vez de aceptar nuestro universo impersonal donde si existe la casualidad y los hechos fortuitos, y que no necesitan más explicación que las leyes intrínsecas de la materia, en vez de eso nos van a proponer un nuevo panteísmo o monoteísmo esta vez enseñándonos el “como” dios supuestamente hace las cosas. 

La penúltima fase de este proceso involutivo es el Zeticismo y el politeísmo con dioses de existencia positiva. El Zeticismo se ha definido como “aproximación crítica pero no dogmática a las visiones heterodoxas, que trata de buscar su mejor evidencia”. Uno de los investigadores que quedaría dentro de esta línea sería Michael Cremo que pertenece a la sociedad Hare Krshna así que su propuesta es que nos tomemos enserio el creacionismo hinduista que dice que el hombre no tiene 100.000 años sino millones por tanto habría convivido con los dinosaurios. Como en el zeticismo “se revisan todas las teorías heterodoxas”, este va preparando un camino fértil para el anarquismo epistemológico. En esta etapa además, reaparecen los politeístas que tienen nostalgia del viejo paganismo, así que se crean unos dioses de existencia positiva en vez de ser seres metafísicos, son los extraterrestres Kryon, Ashtar Sheran, Adoniesis y otros seres del panteón new ager que son patronímicos de distintos aspectos de la humanidad, como la cultura, la medicina etc. Sus mensajes para la humanidad son supuestamente canalizados telepáticamente por los líderes de las sectas de platillos volantes. Nota lo parecido que es este fenómeno al de los oráculos griegos, según se creía los dioses hablaban a travez de ellos.

La etapa final es el anarquismo epistemológico, teoría de Paul Fayerebrand que propone que siendo lo objetivo inseparable de lo subjetivo, no hay criterio de demarcación superior a otro, y cualquier intento de autoridad  en cuanto a método resulta inviable. Por tanto todo puede ser “científico”, no hay quien tenga autoridad para decir “esto es falso o pseudocientífico”. Para Fayerebrand los teóricos de cuerdas, la homeopatía y la astrología son ciencia. En esta etapa final reaparece la idea de que todo es una mente, como esta etapa corresponde al fetichismo se vuelve a hablar de una “animosidad de todas las cosas” eso que referían los alquimistas como el Anima Mundi, y  eso que los egipcios referían como la “mente del todo” en el Kibalión, que Comte consideraba era una tendencia de la humanidad a dotar a los objetos de alma humana. En esta etapa como el método científico no es importante, bajo la “consigna libertaria” del anarquismo epistemológico de ampliar el catálogo de métodos, la química va involucionando gradualmente en alquimia.

“La ciencia se suicida cuando adopta un credo” decía Tomas Henry Huxley. Cuando un científico de renombre internacional o con prestigio en los ámbitos de la ciencia miente deliberadamente, ya sea por sus creencias,  porque es un empleado del poder de turno, o por lo que sea, esa ciencia se transforma en ciencia sin ética. Eso es tan anti-ético como usar la ciencia para crear armas de destrucción masiva, porque no matas instantáneamente, pero empañas el conocimiento de la realidad, lo que encamina a la humanidad a su destrucción.

Quien dice una mentira a asumido la tarea de inventar mil mas para sostenerse. Y eso es la pseudociencia, una mentira que necesita muchas más, pero son tantas las que se han acumulado que crean un paradigma gigantesco donde pareciera que todas las preguntas tienen respuesta, pero por supuesto, son mentiras.

La metafísica propuso una abstracción llamada “el Ser” y esta era literaria, cualitativa. El equivalente a esa abstracción literaria en estas horas involutivas es la abstracción numerológica, cuantitativa: la Geometría Sagrada es la disciplina pseudocientífica que adaptó la antigua secta pitagórica a la ciencia. “Dios es Número” decían los pitagóricos, entonces estaban diciendo “dios es una abstracción” igual que las abstracciones literarias de la metafísica. Porque si los metafísicos solo tienen muchas palabras raras, los superfísicos solo tienen muchos cálculos insólitos. Por ejemplo decir que “el todo es mayor que la suma de las partes”  es decir que cuatro es mayor que dos mas dos. Esto es una aberración tan grande como decir que algo existe y no existe simultáneamente. En todo caso, en el futuro, la misma lógica formal que se aplica al universo macroscópico se aplicará al universo microscópico que ya habrá sido debidamente amplificado por microscópios y observado, y por tanto no será una especulación probabilística.

Fíjense que la constante de la teología antigua y medieval fue la antropolatría. Primero en el fetichismo, darle alma humana a las cosas, luego en el politeísmo explicar todo por unos dioses muy humanos y por último en el monoteísmo un Estado cósmico centralizado. Ese dios sólo podía ser a imagen y semejanza del hombre o no ser nada. Observen que similar es esta antropolatría antigua y medieval al principio antrópico de Dirac o el dios cuántico de Hoyle. ¡A no que es un vulgar panteísmo!

¿Se han preguntado que es el escepticismo? Entiéndase, el escepticismo no es refutación, sino que es duda. No es una posición negadora sino agnóstica. Todo el proceso involutivo comienza por la falta de escepticismo. Entonces gradualmente la ciencia va tomando el mismo status que las creencias y finalmente las creencias se ponen sobre la ciencia. Puede pasar también un escéptico utilice una doble vara de escepticismo descartando una buena evidencia. Pero lo que suele pasar es lo contrario, se usa media vara de escepticismo. 


Enlace al siguiente capitulo:

No hay comentarios:

Publicar un comentario