Cuando dos hombres compiten por una mujer, inconscientemente la creen un juez objetivo capaz de determinar cual es un verdadero hombre. Es como si ella fuera la sabiduría de la naturaleza y su elección hecha con un criterio universal. Pero no existe ningún juez objetivo, y una mujer solo es un ser humano mas del montón. El mito que dice que el criterio de la mujer es el criterio de la naturaleza, existe porque un razonamiento en sentido contrario podría validar un comportamiento socialmente inaceptable como la violación de mujeres. Por eso quienes ya lo dilucidaron, algunas veces mantienen la vigencia del mito. Pero en el fondo de esa validación hay una defensa de la libertad y la apreciación de la mujer como ser humano asexuado, incluso superior. Sin embargo el ser humano es un ser sexual y tiende a creer mas un mito que canalice su afectividad en vez de un razonamiento puro.
Los hombres de este tiempo subieron a la mujer a un pedestal, y la miran con temor y desde un complejo de inferioridad. Esto ha envilecido y disparado el ego de ellas hasta las nubes. Incluso las mujeres no atractivas gozan de un alto grado de inmunidad a la crítica al erigirse como jueces, pues es una época de narcisismo femenino colectivo. Pero no confundan mi postura, no estoy en contra de que las mujeres descubran su divinidad, si no de que los hombres han olvidado la propia divinidad y ya no se respetan. Pero como no puede haber pastores sin rebaño, reyes sin subditos, o deseado sin deseante, el despertar de la mujer solo puede existir en sinergía con la depreciación del hombre. Un hombre que se respete no jugará este juego y permanecerá soltero.
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