«La testosterona es muy molesta para los estados y gobiernos, es la hormona de la revolución, la que propicia y doblega inercias y derivas de la Historia. En los estrógenos todo es mansitud, calma, docilidad, ovejunamiento, exactamente igual a como nos quieren, con los testículos vaciados con una cuchara. La tetosterona es la hormona problemática, la hormona a eliminar. Un campo abonado de estrógenos será el contexto ideal para la instauración de una tiranía global, para detener la historia para siempre. Así como económicamente se pretende un mix o cóctel perfecto de capitalismo de amiguetes para los ricos, y comunismo para los pobres (actual China), sociológicamente se busca una situación de patriarcado para los de arriba y un melifluo matriarcado para los de abajo. Estos son los ideales paradigmas que se pretenden, con los que las élites se frotan las manos»
Mariano Fuertes
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