lunes, 9 de julio de 2018

DLN Capítulo 19 * León Negro

El Movimiento Obrero Freak


Cuando ya no te podés el culo, los originales, los únicos, los métodos piqueteros del movimiento obrero freak, te pueden levantar del sillón para llevar a cabo actos tan heroicos como ir al baño a orinar o protagonizar la revolución. El status de ambos actos es idéntico, pues cualquier movimiento de nalgas destaca en la personalidad procrastinadora y erotomana del superhombre obeso que esta heredando la Tierra. La taurina y la cafeína son las herederas de la cocaína en una sociedad que quiere tolerar las drogas blandas (como los humitos y bebidas energizantes) pero no las drogas duras. Queda iluminado el misterio suprateológico “porque los pibes de la Cámpora toman Speed”

El ciberpunk se equivocó en sus predicciones, pues las crisis mundiales, crisis en el capitalismo, se están volviendo crisis del capitalismo y las naciones siguen siendo mas fuertes que las corporaciones. Todas las empresas pueden fracasar, son mucho mas fuertes los inversionistas como veíamos en el capitulo 19, que ponen a trabajar el dinero, no a personas, entonces no están bajo la lupa del Estado y las leyes del trabajo. De ahí mi indulgencia con el capitalismo (solo el capitalismo responsable con el planeta y con los trabajadores) para llegar a un equilibrio entre la fuerza del capital y la fuerza laboral.

Si querés entender el sindicalismo, comprenderlo bien, y compenetrarte con sus causas y sus métodos, si querés saber del IWW (Industrial Workers of the World) de la CGT (Confederación General del Trabajo) de Marx, Bakunin y Krotopkin, te recomiendo el libro “Caminos de libertad” de Bertrand Russell. “El sindicalismo es la anarquía organizada” dice Russell. El sindicalismo al igual que el socialismo (aquí lo tratamos como la misma tendencia, o sea la cara IZQ del cubo) tiene como ideal que las vidas de los seres humanos sean dignas de ser vividas, o sea reducir las horas de trabajo para que sus vidas no estén exclusivamente orientadas a la subsistencia. Esto lo llegas a profundizar leyendo a Russell. Ahora si querés conocer algo de la historia “no oficial”  del sindicalismo (lo que no se cuenta en el libro de Russell), si lo que querés es escuchar la historia del “sindicalismo chiflado”, entonces leé este capítulo.

La primera defensa chiflada de los trabajadores que es digna de mencionar es el nazismo. El Partido Nacional Socialista de los Trabajadores fundado por Adolf Hitler tenía un estereotipo bastante interesante del trabajador y del patrón: el trabajador es el hombre de cuerpo ideal forjado por el trabajo, es ario, alemán, noble y bello; en cambio el burgués es gordo, feo, extranjero, puto y degenerado. O sea, la estreches de miras del nazi no le dejaba ver que podía ser al revés: hoy, en los países europeos los mozos, albañiles y empleadas domésticas son los extranjeros.

El éxito de los nacionalismos no estaba dentro de las predicciones de Marx. Tampoco que iban a fabricar estereotipos para sus categorías. Si sus categorías son a veces algo grosero (dependiendo del país, en la proporción que existe la clase media se relativiza la verdad marxista de una lucha de clases), se volvían mas groseras aun con esos estereotipos. Sigmund Freud en su Nueva Introducción al Psicoanálisis reconoce haber caído en este error y haberse dado cuenta después de leer a Marx: “Las diferencias de clase, pensaba yo, eran originariamente diferencias de tribu o de raza”. Pero los estereotipos se volvían  arquetipos en la mística del Partido Nacional Socialista. Lo mas bajo se vuelve lo mas elevado. El paso de Marx a Hitler es el paso de lo realista, grave, penoso, a lo grotesco, caricaturizado, patético. Primero Marx supera el negacionismo de la burguesía que pretendía que todo esta bien, ese optimismo ciego o representación “ideal” de las cosas, pasa hacer una descripción realista pero con mas énfasis en lo negativo (porque la filosofía no sirve solo para describir sino para cambiar el mundo según Marx) y por último con Hitler se vuelve una caricatura que solo tenía sentido dentro de la nación alemana. “Se empieza siendo realista, se termina siendo grosero” dice Edgard Morin en su libro “A favor y en contra de Marx”

No se puede confirmar que Marx estaba fuera de este círculo etno-nacionalista, pues en varias ocasiones se refiere al proletariado como “raza”:

“Lo que cuesta hoy al obrero se reduce a los medios de sostenimiento de que tiene necesidad para vivir y perpetuar su raza” 

La obra “El Capital” dice claramente “raza”.

Sabemos que su colaborador Engels pensaba que  tanto arios como semitas (no como razas antagónicas como las represento Hitler) eran superiores a los americanos porque descubrieron la alimentación carnívora. Yo opino al revés de Engels. 

Entonces como podemos ver, no es lo mismo Marx o Engels que el marxismo, lo primero es el boceto, lo segundo un refinamiento hecho con el Marx ya muerto. El avance de Marx en el pensamiento fue descubrir la influencia de los factores económicos, en esto es lo que  hace más énfasis el marxismo posterior a Marx y Engels, y Hitler es un retroceso en la misma línea de pensamiento. Hitler se quedo con los complejos raciales.

El énfasis en los estereotipos era autodefensivo. El internacionalismo de Marx se convirtió para Hitler en el nacional-socialismo “por fuerza mayor”. Entonces Edgard Morin nos corrige ahí “también el mundo de los sueños, aspiraciones, deseos, mitos, voluntades, realzan la realidad del hombre que es semi-imaginaria: el sueño no es solo de lo irreal (..) busca tomar cuerpo y puede llegar a hacerlo (…) es un laboratorio de lo real (…) la fascinación de lo real no solo paraliza toda acción sino que transforma al realista en sirviente de la Fuerza” No se refiere a “la Fuerza” de Star Wars sino a la fuerza bruta. El marxismo, el sindicalismo, el anarquismo, el leninismo, el stalinismo, nazismo y maoismo usaron la fuerza bruta, las armas, la coacción por medio del terror (el terrorismo en sus variedades, de estado, opositor, anarquista) 

El otro abogado chiflado que tuvo el sindicalismo era Filipo Di Tomasso Marinetti, el creador de la corriente artística conocida como futurismo. Hay poesías, novelas, pinturas, cine, danza, música y arquitectura futuristas. Los futuristas eran sindicalistas que pensaban que el obrero era un “tipo humano superior” porque estaba “mas cerca de las máquinas” y las manejaba,  por eso tenía el “olfato metálico” para repararlas. “Un automóvil es mas bello que Victoria de Samotracia” decía Marinetti. Eran “amigos” de las máquinas, a diferencia del burgués, y se las veía como seres vivos: 

“(..) exaltamos el amor a la máquina que hemos visto impreso en las mejillas de los mecánicos retostados y sucios de carbón (..)

Se ha podido comprobar en la gran huelga de ferroviaros franceses que los organizadores del sabotage no conseguían casi nunca que un mecánico destruyera su locomotora. Yo lo encuentro muy natural ¿Cómo hubiera podido este hombre maltratar o matar a su amiga fiel y abnegada, de corazón ardiente (..)?”  F.Marinetti

Hacían un desprecio de todo lo relacionado con el pasado por ejemplo los museos y los libros a los que llamaban “medios reaccionarios para transmitir el conocimiento” considerando mejor el cine. Idolatraban la violencia, mientras más chocante y violento era algo “mas futurista”. También decían “La guerra es la higiene del mundo”. La paz mundial no era una posibilidad en ninguna época. La guerra era perpetua y esta bien que así sea.

Se llegaría a un mundo gobernado por los sindicatos que harían salir los productos industriales abundantes para acabar con la miseria, el hambre y la amarga cuestión social.

Pero incluso así volverían a haber guerras entre los sindicatos y debíamos aceptar la guerra y amarla. Otro aspecto es que los futuristas odiaban los paisajes naturales, los cuadros con paisajes eran “aburguesamiento” decían que había que “asesinarlos” con carreteras, y edificios (les encantaba usar escenas violentas y enérgicas en sus metáforas). En síntesis el futurismo eran los sindicalistas poetas amantes del progreso tecnológico y la guerra.

Los futuristas eran lo contrario de un movimiento mas conocido que eran los ludistas. Si los futuristas amaban las máquinas, los ludistas las repudiaban y las destruían, pues decían que le quitaban el trabajo a los hombres. Las máquinas eran las responsables del “está usted despedido”, “lo siento, firme aquí” o el más elegante “debemos prescindir de sus servicios” También eran naturalistas, proponían regresar a una forma de vida natural destruyendo todas las máquinas del hogar (Los sindicalistas siempre fueron pibes con mucha energía) Hoy, los neoludistas son una rama del ecoanarquismo.

Los sindicalismos no estatistas tienen desarrollado a medias el principio centralista, pues la socialización de los medios de producción no significa que ahora están en manos de todo el pueblo sino que quedan en dominio de la “aristocracia proletaria”. Imaginemos una fábrica que tiene cincuenta empleados. Si una fábrica tiene cincuenta o cien empleados y antes de la revolución tenia uno, dos o tres; eso significa que ese medio de producción ahora tiene cincuenta o cien dueños y por tanto que las decisiones van a ser tomadas entre todos por algún método de democracia directa o de delegación en común acuerdo, pero que va a incluir solo a los trabajadores de esa fábrica que se van a constituir en una aristocracia de trabajadores, entendiendo aristocracia como “gobierno de los mas preparados” y redefiniéndose en este contexto debido a que “los mas preparados” van a ser los empleados que manejan las variables de la producción que está “puertas adentro”, quedando el resto de la sociedad excluida (los profesores, funcionarios públicos, desempleados). Entonces eso también representa la aparición limitada del principio democrático (obsérvese el gráfico) limitada porque la descentralización se basó en un principio antiautoritario pero que transformó a los oprimidos en autoritarios. ¿O hace alguna diferencia el que la fabrica tenga un par de dueños o cincuenta? ¿Y como va a solucionar la nueva aristocracia proletaria el problema del desempleo?

La ausencia de mesura en la ideología (en un sentido positivista de métrica y por extensión a la mesura de los actos como decía Pitágoras) es lo que produce los errores de la historia. Como podemos ver en los gráficos aunque la ideología aquí es medida del uno al cinco o del cero al cinco, eso no existe casi en política. A las cosas en política se las entiende en forma cualitativa y no cuantitativa, por eso decía que la política esta en el estado de la química en el siglo XV, y que no es una ciencia sino un arte por tanto no debería haber una “Facultad de Ciencias Políticas” sino una “Facultad de Arte Político”  Es condición SINE QUA NON dominar el arte de la oratoria para tener convocatoria. Todos los demás conocimientos son accesorios secundarios. El señor Dale Carneguie escribió el libro “Como hablar bien en publico e influir en hombres de negocios”. Todavía estoy buscando el que diga “Como hablarle a la clase trabajadora” No creo que sea algo que este entre los secretos masónicos. Es simple, para mi la mejor es la estrategia es la del Tío Sam que enseño en el capítulo 15 y por eso es muy atinada la publicidad del gobierno de Cristina Kirchner: “En tu trabajo exigí estar en blanco” arriba de la frase una foto de un señor con casco amarillo, y en una esquina  inferior derecha “Presidencia de la Nación”. Es la técnica del Tio Sam de llegar a la masa dirigiéndose al individuo, la masa es igual a la suma de individuos, lo que hablaba seis capítulos atrás.

Ahora hablando enserio, las preocupaciones de los sindicalistas (el “sindicalismo en serio” y no esa manga de impresentables nazis, futuristas y ludistas) era disminuir las horas de trabajo y aumentar el sueldo. Por supuesto después están los que quieren algo mas que justicia, quieren revancha, quieren todo el poder sobre la industria y sobre toda la sociedad. Propongo esta formula para saber cuantas horas tiene que trabajar un ser humano: Si el día tiene veinticuatro horas, pues ocho multiplicado por tres da veinticuatro. Y si los doctores dicen que una persona saludable duerme entre seis y ocho horas, eso significa que la tercera parte del día la utilizamos para reponer energía. Entonces las otras dieciséis horas tenemos que dividirlas entre el placer y el trabajo. La persona madura tiene equilibrado el placer y el deber según Freud. Pero para el psicólogo Abraham Maslow el placer y el deber se unen en una síntesis superior en las personas “autorrealizadas”. En base a estos dos psicólogos saco estas dos conclusiones: O nos dedicamos esas dieciséis horas a hacer algo placentero, o solo dedicamos ocho horas a hacer algo tedioso.


 


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