lunes, 9 de julio de 2018

DLN Capítulo 21 * León Negro

Inteligencia Emocional, la otra tercera via 


A veces el optimismo es conformista o conservador con el estado de cosas. “El éxito te reconcilia con el sistema” dice Aldous Huxley. La emociones positivas que provienen de la victoria son una fuerza en tu cerebro que anula tu capacidad revolucionaria. ¿Qué hace un vendedor cuando quiere venderte algo? Te dice “póngase cómodo”, te trata como un rey, te ofrece algo de tomar. ¿Porque decimos cumplidos? Porque sabemos que cuando una persona se siente bien, cede, accede, dice “si”. Entonces si te sentís cómodo y optimista no vas a cambiar el estado de cosas.

Puede suceder lo contrario también: el optimismo puede potenciar la capacidad revolucionaria de los individuos. A la gente no le gustan las causas perdidas, tienen que haber una serie de conquistas que motiven a las personas en el camino emprendido. Entonces el optimismo y el pesimismo se articulan en proporciones diferentes y en casos diferentes con el progresismo o el reaccionarismo.

Otro tema importante e interesante para discutir sería el que se abre con esta pregunta:

¿Existe el “estado cero” de la ideología o siempre existe en un mínimum? Porque he detectado en autores radicales de una y otra línea, la presencia aunque sea pequeña de sus antitesis.

Por eso insisto en la “medida de la ideología” aunque este libro no sea suficiente para agotar el tema.

Daniel Goleman el autor de “Inteligencia Emocional” nos habla en términos de Endorfinas (sustancia del bienestar) cortisol (sustancia del stress), estrógenos (hormona femenina) testosterona (hormonas masculinas) O sea, la dialéctica, el “movimiento del espíritu” (razonamiento) hacia un “estacionamiento del espíritu” (conclusión) es un equilibrio de sustancias. En el futuro en vez de hablar de ideologías vamos a hablar de neurotransmisores y hormonas. El enfoque organicista que reduce el pensamiento a secuencias químicas o mecanismos neuroendocrinos explica porque la gente cambia de opinión. Si hoy comí mostaza (aumenta la presión sanquínea) si me tome un té (contiene azúcar que es ligeramente excitador) me siento feminista, me siento marxista, me siento kamikaze. Luego me siento conservador devuelta.

Los gráficos Cubo Político, Dodecaedro Político, y Mandala Político son los precursores de un lenguaje más completo, de una métrica mas prefecta. En el futuro para hablar de ideología en vez de utilizar una métrica “intuitiva” o gráficos con nexos metafísicos, habrá un manejo de variables orgánicas como producción de estrógenos, niveles de adrenalina en sangre, hablaremos de dopamina (sustancia asociada a la imaginación, la religiosidad y el arte) y thanatina (neurotransmisor del miedo) para conocer la disposición del individuo a la coacción estatal, la disposición a las explicaciones místicas, o las probabilidades de un grupo de individuos de llevar a cabo una acción sindical. Se medirán los niveles de cortisol de los individuos para conocer la situación de un gobierno, y con esto se averiguara por un método objetivo cuanto bienestar tienen  los individuos, en vez de utilizar el método subjetivo de elaborar una estadística en base a la pregunta “Se considera usted feliz?” o “Esta conforme con este gobierno?” Se llegara a conclusiones por medios muy distintos a los de hoy, probablemente se hará sociología mas positivista y organicista y menos ideológico. 

Los grupos sindicales violentos utilizaban la cocaína como desinhibidores de una ofensiva. En el futuro las drogas serán parte del adoctrinamiento, o sea no bastará con el discurso, hará falta el químico que te ayuda a mantenerte firme en la causa y hasta habrá una droga que te “ayuda a creer” en la causa. Este conocimiento podría ser usado para manipular la cognición, hacer que la gente arribe a conclusiones específicas, o para hacer fallar la cognición para que la gente no arribe a conclusiones de ningún tipo y crear una atonía (también llamado “totalitarismo invertido”) típica de los pueblos de las grandes potencias.

También está el punto de vista que dice “la dialéctica no existe en la realidad” las cosas no vienen “de a dos” son los seres humanos los que las representan como tesis y antítesis. Las categorías no existen en la realidad, pero le permiten a la mente organizarse. Jean Jaques Rosseau y Thomas Hobbes no son exactamente opuestos, vivieron con doscientos años de diferencia pero a veces se habla de ellos como simétricamente opuestos. En algunos casos, uno tenia desarrollados aspectos ideológicos y el otro carecía de un discurso en sentido inverso, o sea de contraargumento. Por ejemplo: Rosseau era un romántico, creía en un mundo sin propiedad privada al estilo de los socialistas utópicos. Pensaba que la propiedad privada era el origen de los males del mundo entonces podríamos decir que era un socialista antes que estos existieran. Hobbes en cambio no era un liberal, mas bien estaba en contra de los liberales, porque él era un monárquico. En un mundo alternativo Hobbes y Rosseau pudieron entenderse en el antilberalismo. Entonces Hobbes y Rosseau no eran diametralmente opuestos sino que estaban en historias distintas pero el hecho que sean opuestos en alguna u otra opinión permite poner sus argumentos en un juego dialectico.

Otro tema es lo masculino y lo femenino. No son el feminismo y el machismo, ni el hembrismo ni el masculinismo. Por eso vamos a llamarle  “lo femenino” (artístico, estético, emotivo) y “lo masculino” (científico, pragmático, racional) y nos vamos a ahorrar los “ismos” porque evocan otra cosa. Lo masculino y lo femenino no se refieren al hombre o a la mujer sino a cualidades subjetivas de cosas, hechos, instituciones o movimientos ideológicos. Y estas cualidades subjetivas están presentes en diferentes proporciones en cada propuesta que nos ofrece el menú político en el momento de las elecciones.

Por supuesto que la presencia de “lo femenino” (o cualquier otra ideología) en una propuesta, no nos garantiza la ausencia de corrupción, por tanto lo que hablo es más útil a los que realizan el “marketing estatal” o del partido que a la gente. Pero espero que los que tienen inteligencia y ganas de ofrecer algo positivo al pueblo lo tengan en cuenta.

La síntesis de este capítulo sería que cada ideología es emoción y argumento, nunca una sin la otra, lo que explica porque una mujer enojada o disconforme se enoja mas cuando recibe explicaciones de los hechos en vez de contención. Muchas veces la gente no quiere argumentos sino impresiones emocionales para saber a quién va a votar, pero si podemos brindar ambas sería mejor. 


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